La procedencia de los distintos tipos de café
Aunque no se conservan documentos escritos, sabemos que la historia del café se remonta a la región de la actual Etiopía, en África.
No se tiene constancia de la tribu exacta que comenzó a consumirlo, pero sabemos que tanto la planta de café como la tradición de tomarlo por sus beneficios y sus propiedades energizantes viene del gran continente africano.
Las semillas del café provienen de un arbusto llamado cafeto, que se encuentra en zonas con unas condiciones muy determinadas. En concreto, crece de forma salvaje en lugares húmedos, con temperaturas estables, por lo que las tierras altas cercanas al Ecuador son perfectas para su cultivo.
Según el tipo de semilla, podemos diferenciar dos grandes tipos de café: robusta y arábica. A lo largo de los años, han aparecido otros tipos de semillas que permiten su cultivo en otras zonas, por lo que la variedad de granos y sus propiedades actualmente varía mucho.
El grano arábico da como resultado un café suave, de aroma silvestre y un toque ácido. Es el tipo más usado en el mundo ya que representa cerca de un 80% de la producción mundial. Existen subtipos según el país de origen con sus variaciones, pero un dato curioso es que la mayoría de los cultivos se encuentran en plantaciones de entre 1.200 y 1.800 metros de altura.
A pesar de que su origen se encuentra en las montañas de Etiopía y fue el primero en ser cultivado, los países de centroamérica como México, Venezuela o Colombia se han convertido en grandes exportadores de este tipo de grano.
En cambio, el grano robusta proviene de una arbusto mucho más resistente de la República del Congo, por lo que su cultivo puede extenderse a regiones que no necesitan unas condiciones tan específicas como las de la variedad arábica.
Sin embargo, no consigue reproducir el aroma y el sabor del grano arábica, por lo que su consumo no es tan elevado. Además, su contenido en cafeína es 2 o 3 veces mayor.
Su toque amargo junto con la textura áspera le convierte en un gran candidato para los amantes del espresso. Sin embargo, los más sibaritas, prefieren los toques del café arábica.
Si es cierto que el arbusto que da como fruto el café robusta es capaz de soportar variaciones mayores en el clima, también necesita estar en lugares húmedos y con temperaturas que oscilen entre los 15 y 25 ºC. Por eso, países cercanos al Ecuador como Brasil, Vietnam o Camerún, entre otros, pueden tener sus propias plantaciones de este tipo de café.
A lo largo de los años, surgieron las mezclas. Como que ambos tipos de grano presentaban diferencias tan notables, se decidió mezclarlos para obtener cafés con las mejores características de ambos mundos.
Mediante la combinación de distintas semillas, es posible conseguir un tipo de grano de alta calidad que, mediante una receta única, consigue las propiedades específicas buscadas.
Ahora que sabes un poquito más sobre el mejor café, seguro que puedes identificar los pequeños matices que antes quizás se te escapaban. Sea cual sea la variedad o el tipo que más te apasiona, siempre puedes disfrutar del mejor café con Marcilla.